martes, 19 de enero de 2010

De los cuadernos de Emil Cioran

Mis ideas se asocian según un ritmo demasiado precipitado y arbitrario. Paso de una a otra sin pensar (nunca mejor dicho). Me inundan, sin que pueda obtener el menor provecho de ellas. Me gustaría poderles decir a cada una ellas: “¡Detente!”..., pero no me da tiempo.
Si dijera en voz alta lo que me pasa por la cabeza, me encerrarían inmediatamente, y no por la incoherencia de las ideas o las imágenes, sino a causa de su vertiginosa sucesión, de su desfile monstruoso y casi ridículo
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Emil Cioran


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola cabezona, descansa en tus vacaciones, nos veremos en marzo...

Un abrazo, Marce.